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Hoy varias ciudades japonesas incluida Tokio se vieron amenazas por el incremento de los niveles de radioactividad,

El gobierno aconsejo a los residentes que se encuentren a menos de 30 kilómetros de distancia de la planta nuclear de Fukushima que ha provocado fugas radiactivas, que se queden en sus casas, cierren las ventanas y apaguen los sistemas de ventilación, para evitar cualquier tipo de exposición a la radiación.

Hoy retornaron a la planta 50 operarios que habían sido evacuados el día de ayer por altos niveles de radiactividad e intentar controlar los focos de crisis.

En Tokio también se elevaron los niveles de radiación hasta veinte veces más de lo habitual y se detectaron pequeñas cantidades de sustancias radiactivas como cesio, pero el Gobierno Metropolitano insistió en que no implica riesgos inmediatos para la salud.

Pese a los llamamientos a la calma, en Tokio, a unos 270 kilómetros de la planta, se veían hoy más mascarillas de lo habitual, mientras una parte de los residentes decidía alejarse por unos días de la ciudad hasta que remita la alarma por la situación en Fukushima.

Durante la jornada de hoy muchos extranjeros tomaron el "Shinkansen", el tren bala japonés, para desplazarse en menos de tres horas a ciudades como Osaka, a más de 500 kilómetros de la capital y donde la amenaza de una fuga radiactiva suena más lejana.

Desde principios de esta semana varias misiones diplomáticas, como la francesa o la mexicana, habían aconsejado a aquellos que se sintieran intranquilos y no tuvieran asuntos "esenciales" en Tokio abandonar la ciudad, y hoy la embajada de Austria decidió llevar su misión temporalmente a Osaka.

Se suceden los llamamientos a la calma, al ahorro de energía (el terremoto paralizó once centrales nucleares) y a mantener la prudencia a la hora de abastecerse en los supermercados para evitar la escasez, como se hacen eco numerosos medios.